Las disfunciones más frecuentes en los bebés suelen darse en la esfera craneal, provocando deformidades craneales como plagiocefalias, alteraciones craneofaciales o tortícolis. También se pueden abordar problemas como problemas en la alimentación del lactante, problemas posturales, trastornos digestivos de diferentes tipos, dolor o cualquier alteración motora.
En niños más mayores, pueden tratarse problemas como cefaleas, deformidades del raquis (escoliosis), dolor en el sistema musculoesquelético y alteraciones posturales.